Telefónica Móviles ya es el cuarto operador mundial tras comprar los activos de Bellsouth

Antonio Polo, 09/03/2004,
ABC

El pago de la adquisición se hará en efectivo, recurriendo a la generación de flujo de caja y a la emisión de deuda por un montante aún no determinado

Telefónica Móviles se convirtió ayer en la primera operadora de telefonía móvil de Iberoamérica y la cuarta del mundo por volumen de clientes, tras la estela de China Mobile, Vodafone y China Unicom. Los representantes legales de Telefónica cerraron el pasado fin de semana con la multinacional norteamericana BellSouth en Nueva York unas negociaciones iniciadas en el primer semestre del pasado año y concretadas a raíz de la presentación de una oferta formal en el mes de septiembre.

Telefónica, a través de su filial Telefónica Móviles, se compromete a adquirir a BellSouth la totalidad de los activos de diez operadoras de telefonía móvil situadas en Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Uruguay, Guatemala, Nicaragua y Panamá, en la que constituye la operación de mayor calado desde que el presidente, César Alierta, accedió a la presidencia del grupo el 26 de julio de 2000.

El valor asignado a los activos objeto de compraventa alcanza 4.731 millones de euros (5.850 millones de dólares), que serán abonados en efectivo por Telefónica Móviles recurriendo a elevada capacidad para generar flujo de caja libre y a la emisión de deuda. Algunas entidades bancarias se pusieron ayer en contacto con Telefónica, comunicando su firme interés por financiar la operación, según informan fuentes de la compañía.

Dibujo de la operación

Las cifras finales de la transacción siguen pendientes de los análisis internos de las cuentas de las operadoras, que estarán concluidos antes de dos meses. En cualquier caso, el dibujo trazado comprende la adquisición efectiva de los activos de BellSouth durante el segundo semestre del año, la asunción de la deuda contraida (cerca de 1.500 millones de dólares) y la compra de los títulos en poder de los accionistas minoritarios, dado que la compañía norteamericana mantiene el control accionarial de las filiales en venta, pero no es propietaria de la totalidad del capital, excepción hecha de BellSout Chile (100%).

De acuerdo con las cifras hechas ayer públicas en Nueva York por la multinacional norteamericana, la múltiple venta le permitirá percibir en efectivo 3.396,68 millones de euros (4.200 millones de dólares), lo que supone una plusvalía neta de 1.536,59 millones de euros (1.900 millones de dólares). Además, Telefónica Móviles asumirá como propia la deuda histórica de las diez filiales (1.213 millones de euros o 1.500 millones de dólares) y destinará al pago de las acciones en poder de socios minoritarios cerca de 121,3 millones de euros (150 millones de dólares). En este cómputo global falta por determinar el valor de los créditos internos entre compañías y matriz, aunque se encuentran incluidos en el precio ya establecido entre las dos partes.

César Alierta destacó ayer durante la presentación pública del acuerdo que la operación «se ha hecho a precios muy atractivos» y valoró positivamente la buena acogida dada a la operación por los mercados bursátiles. Igualmente significó el carácter estratégico de las adquisiciones, el elevado potencial de crecimiento del mercado iberoamericano, las nuevas oportunidades de negocio que abre al grupo y su carácter no dilutivo para el beneficio por acción.

Según el presidente de Telefónica Móviles, Antonio Viana-Baptista, la adquisición generará economías de escala y sinergias de costes cifradas en 808,7 millones de euros (1.000 millones de dólares).

De acuerdo con las estimaciones de Telefónica correspondientes a 2003, las diez operadoras de telefonía móvil adquiridas suman unos ingresos superiores a 2.021,83 millones de euros (2.500 millones de dólares), un beneficio operativo de 701,17 millones de euros (867 millones de dólares) y un margen de Ebitda del 35%. Teniendo en cuenta estas magnitudes de forma consolidada, Telefónica Móviles habría facturado el pasado ejercicio por valor de 4.367,97 millones de euros (5.401 millones de dólares) y su beneficio operativo habría ascendido a 1.230,08 millones de euros (1.521 millones de dólares).

El presidente de Telefónica cerró claramente la puerta a nuevas adquisiciones de gran magnitud, aunque precisó que el grupo está dispuesto a estudiar compras de carácter menor siempre que aporten valor, no sean dilutivas para los accionistas y estimulen el crecimiento orgánico del conjunto de empresas.

En términos estratégicos, la operación anunciada ayer confirma la decidida apuesta del grupo Telefónica por el continente iberoamericano, después del costoso fracaso cosechado en Europa a raíz de la compra de licencias de telefonía móvil de tercera generación (UMTS). De igual forma, amplía la fuerte dependencia que la multinacional española mantiene con el negocio de la telefonía móvil, que el pasado año representó el 36,72% de la facturación consolidada del grupo.

Nuevos mercados

La adquisición de activos de BellSouth supone la integración de 10,5 millones de nuevos clientes, incrementando el parque gestionado en Iberoamérica hasta los 40,8 millones, cifra que sitúa a Telefónica Móviles como líder destacado en un mercado de 421 millones de habitantes que poco a poco va ofreciendo síntomas de recuperación económica y que en 2008 alcanzará 180 millones de usuarios. En términos porcentuales, la compañía pasa a controlar en los catorce países en que está presente el 40% de los clientes de habla hispana y portuguesa y el 35% de los clientes iberoamericanos.

De igual forma, la transacción le permite acceder por primera vez a mercados poco maduros y con gran capacidad de crecimiento como Ecuador, Colombia, Nicaragua, Panamá, Venezuela y Uruguay, y consolida su privilegiada posición en Argentina, Chile y Perú.

La agencia de medición de riesgo Standard and Poor´s (S&P) situó ayer en «vigilancia negativa» las calificaciones de Telefónica. De acuerdo con la agencia, «la colocación en revisión refleja la preocupación sobre el efecto potencial de la adquisición en el negocio de Telefónica y su perfil de riesgo financiero dado los riesgos económicos, financieros y políticos de operar en Iberoamérica».

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